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PRIMEROS SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD

Diagnosticar y tratar tempranamente la Enfermedad de Alzheimer, es esencial para mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares. Por este motivo, AFEAES está trabajando para conseguir dar el apoyo necesario y ayuda a familiares y enfermos que lo necesiten, en todas las etapas de la enfermedad. Consideramos importante la divulgación de información sobre la enfermedad, así como las actividades y acciones que llevamos a cabo en la Asociación para lograr nuestro objetivo.

A continuación exponemos una serie de síntomas, muy iniciales que nos tienen que hacer sospechar que algo no va bien, no los ignores, coméntalos siempre con tu médico.

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1.-Pérdida de memoria que afectan a las actividades de la vida cotidiana.

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  • Olvidan fácilmente las cosas recientes.

  • Sienten frustración cuando no saben dónde están las cosas. No reconocen los objetos que buscan. A veces les entran ganas de llorar.

  • Charlar ha dejado de ser divertido para ellos porque no recuerdan lo que querían decir o se repiten.

  • Van de una tarea a otra y casi nunca acaban nada.

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2.- La ejecución de tareas cotidianas les resulta difícil.

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  • Seguir una receta de cocina les resulta prácticamente imposible. Se preocupan por si se dejan los fogones encendidos o los grifos abiertos.

  • A veces son incapaces de realizar tareas básicas, como graduar la temperatura de la ducha, utilizar el cajero automático o el vídeo.

  • A menudo se equivocan con los números, cuando llaman por teléfono.

  • También dejan de escribir.

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3.- Tienen problemas con el lenguaje.

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  • Tienen lapsus de memoria y no encuentran las palabras adecuadas para hablar.

  • Pierden el hilo de lo que quieren decir. No recuerdan cómo se escriben algunas palabras.

  • De repente cambian unas palabras por otras y, a veces, les cuesta acabar las frases.

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4. Me desoriento en el tiempo y el espacio.

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  • A veces debo aparcar cuando voy conduciendo porque no recuerdo dónde voy o dónde estoy.

  • No encontré la sala de reuniones que solíamos utilizar desde hacía años.

  • En ocasiones, doy tantas vueltas que llego a asustarme.

 

5. Me cuesta decidir.

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  • Soy más impulsivo/a. A veces me arrepiento de lo que he dicho.

  • No participo en algunas actividades porque me da miedo a equivocarme.

  • No quiero ir de compras porque me equivoco cuando pido lo que quiero.

 

6. Pensar en abstracto es un problema.

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  • Me cuesta calcular. Dar el cambio es complicado.

  • Recibir mucha información en poco tiempo me pone nervioso y me cansa.

  • A veces, no sé qué debo hacer. Es como si tuviera la mente nublada.

 

7. No recuerdo dónde están las cosas.

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  • A menudo, no recuerdo dónde he dejado las cosas. Pienso que están en un sitio y no las encuentro.

  • Guardo las cosas y después acuso a los demás de llevárselas.

  • Pierdo cosas que están a la vista. Las veo, pero no las reconozco.

 

8. Sufro cambios de humor y de comportamiento.

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  • Con frecuencia, me pongo nervioso o me enfado sin motivo.

  • Estoy más a la defensiva y, a menudo, cuando me cuesta hacer una cosa, no se lo digo a nadie. Me deprimo fácilmente.

  • A veces, me siento frustrado porque soy incapaz de salir adelante. Me preocupa perder los recuerdos sobre mi vida familiar.

  • Lloro con facilidad y me siento más sensible.

 

9. Sufro cambios de “personalidad”.

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  • A veces, necesito aferrarme a mi familia para que haga de filtro entre mi persona y un mundo que me confunde.

  • Me enfado de manera desproporcionada y yo no soy así.

  • A pesar de ser una persona muy sociable, las salidas con los amigos me molestan a menudo y deseo estar solo.

  • Ahora ya no vamos a los centros comerciales ni a los restaurantes porque no me gustan las multitudes.

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10. Pierdo resistencia, interés o iniciativa.

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  • Aplazo ir de compras porque me canso.

  • Me agoto si hago más de dos o tres cosas.

  • No explico nada al médico porque me parece que no me escucha.

  • Pienso en cosas que debería hacer, pero al final no hago nada.

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CONSIDERACIONES PREVIAS

 

  • Los síntomas anteriores se deben relacionar al nivel educativo y la funcionalidad de la persona antes de que aparecieran. Es decir, establecer, qué hacía antes y era capaz de hacer y qué no.

  • Es necesario saber, que algunos problemas de memoria y de confusión se pueden solucionar con un diagnóstico y un tratamiento adecuados. En primer lugar, hay que descartar que puedan estar causados por una depresión, un problema de tiroides, infecciones, interacciones de medicamentos u otras enfermedades.

  • Así, si te identificas con algunos de los síntomas resaltados anteriormente, no dudes comentarlo con el médico. Tú sabrás si algo no va bien mucho antes que él. No ignores los problemas, pide ayuda.

  • Y si finalmente, se confirma que tus problemas de memoria son los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer o de otro tipo de demencia, piensa que no estás solo; la Asociación de Familiares de enfermos de Alzheimer, te acompaña tanto a ti como a tus familiares.

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